viernes, 7 de febrero de 2014

Mini-galletas de mojito y no tan mini galletas de mojito

Creo que ya ha quedado claro que lo mío no es el orden, y que soy un poco desastre. Tengo otro par de recetas guardadas en borradores. Acabo de volver a ésta concreta porque me gustó mucho el resultado y resulta que no apunté la lista de ingredientes. Recuerdo haber modificado un poco la receta base que suelo usar, así que debería haber alguna variación de las publicadas hasta ahora. Pero no me acuerdo.

El caso es que de éstas ya solo puedo contar su historia. En un reino lejano, una personita (yo) decidió apuntarse al AIG y después de repasar el blog de la persona a la que tenía que regalar decidí que uno de los regalos iban a ser unas lentejas de galleta. En mi cabeza las lentejas son verdes (en contra de lo que piensa mi hermana, que asegura que son marrones) y después de decidir el color, decidí el sabor. Uno que le pegara al verde. ¡Mojito! Sí, es un proceso un poco raro, porque teóricamente habría que hacerlo al revés, pero oiga... éste es un reino raro.

Hacer las mini-galletas llevó su tiempo, con pequeñas bolitas, y sin ponerme de acuerdo con mi hermana (otra vez) sobre el tamaño que debería tener una lenteja.

La primera de las dos bandejas de las mini-galletas

Pues quedaron con pinta de lenteja, así que estoy muy contenta con el resultado


"Lentejas embotadas"

También le mandé esto, que no tiene que ver con las galleta-mojito, pero me gustó cómo quedó, y ¡qué coño! éste es mi blog. Además, los diseños también son míos.


Como tenía que cumplir con otro compromiso, me quedé con parte de la masa. De loque me reservé, la corté utilizando cortantes con forma de matrioshka. Me salieron unas cuantas pero me quedé con tres tripletes (En la foto falta una, porque cuando me descuidé, alguien que aún no ha ofrecido una confesión hizo desaparecer una) y las demás las fui repartiendo entre diversos compromisos. Qué rápido se apunta todo pichichi cuando se trata de ofrecer su estómago para dar alojamiento a dulces. 

La verdad, es que creo que de todas las galletas que he hecho, es la mejor textura que he conseguido. Planas, perfectas para decorarlas. Y ésa era mi intención. Pero no ha ocurrido, claro. Porque aunque las diseñé, me encontré con que quería probar a hacer galletas pintadas y no tengo pinceles aptos para comida, y eso que pinceles tengo unos cuantos, pero me da que no sería buena idea utilizarlos después de haber usado diferentes pinturas acrílicas. Pero la economía del estudiante es lo que tiene.




Total, que casi se me olvida apuntar lo más importante. No saben excesivamente a mojito. Cocer la mas le resta sabor. Pero, y éste es el gran pero, un pero bueno (o quizá malo, a saber) es que son adictivas.

Quería repetir la receta, pero soy un poco yo y se me olvidó apuntarla.

Ah, acepto cualquier donación de pinceles para galletas. Y sobre todo, un cuaderno para mis bocetos de galletas. Algún día, algún día, podré decorarlas.

¿Tengo que poner algo sobre cine?

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