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lunes, 26 de noviembre de 2012

Galletas de cristal y galletas de regalo con un toque de canela y frambuesa. Personas especiales



Tenía pendiente hacer unas galletas, para mi AIG que con la uni no había tenido tiempo de mandárselas en el paquete original y se las había prometido (Carmen, de "de mi salero" y para una compañera de la universidad que había sido su cumple. Y porque me apetecía, y porque hacía mucho que no encendía el horno. Como mi idea era hacerle alguna galleta personalizada y aún me quedaba mezcla para glasa, necesitaba una receta de masa básica. Y no sé porqué, me dio por rescatar mi primer libro de cocina, uno que me regalaron cuando tenía 8 años y desde que cayó en mis manos, mi ilusión era hacer las galletas y decorarlas tan bonitas como venían en el libro. La receta la he hecho muchas veces, pero nunca las había decorado, porque no sabía cómo hacerlo. tengo que decir que ayer sí las decoré, pero no siguiendo las instrucciones del libro, porque ahora tengo mejores herramientas y más ideas a mano. El libro  me lo regaló una persona muy especial para mi y fue un rato bastante nostálgico.



Después de llevar un tiempo ocupando mi tiempo libre con este hobby u obsesión repostera, volver a abrir el libro ayer fue casi mágico, recordar cómo de niña me obsesioné con cada una de las recetas del libro (y mi hermano con la de hacer una familia de ositos de pan...). Y después de probar un montón de recetas vi como la de mi libro era muy diferente. La cantidad de ingredientes es diferente, el orden también... y cómo eso influye en el sabor, es cierto que cambié un par de cosillas, pero es que después del viaje recorrido me veo aunque solo sea un poco capacitada para hacer pequeños cambios. Creo que son mis preferidas, aunque solo sea por nostalgia... 





INGREDIENTES
- 1 huevo
- 100 gr. de azúcar blanco
- 75 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 3 cucharaditas de canela
- 1 cucharada grande de mermelada de frambuesa
- 250 gr. de harina
- colorante alimentario (opcional)

Para las galletas de cristal:
-Caramelos de colores


RECETA

Tamizamos la harina y la canela en un bol y le añadimos, removiendo, el azúcar. Echamos la mantequilla cortada en trocitos, e iremos mezclándolo con las manos (de ahí que sea mucho más divertido que cualquier otra receta, porque ya desde niña me encantaba meter las manos en la masa) hasta que adquiera una consistencia como de migas de pan.

En un recipiente aparte, batiremos el huevo y lo rebajaremos con la mermelada.

En nuestras "migas de pan", haremos un hoyo en el centro, donde echaremos el huevo batido con la mermelada y removeremos con una cuchara de madera. Removiendo, conseguiremos hacer una bola, que resultará algo más consistente que la mayoría de recetas que circulan por ahí o que yo he probado. Guardaremos la bola en una bolsa de plástico y la meteremos en la nevera durante, por lo menos, 30 minutos.

Una vez la bola de masa fuera de la nevera, la amasaremos con el rodillo hasta que tenga el grosor deseado, yo he hecho las galletas decoradas con aproximadamente medio centímetro de altura. Como no tengo rodillos niveladores, he puesto a cada lado, dos palos de madera que me hacían de tope.

Quería hacer un salero y dos cupcakes, y no tengo cortadores para eso, así que me los he diseñado en un papel que he cortado y con ayuda de un cuchillo, he ido cortando la masa. La mitad de la masa la he hecho natural y me apetecía probar con masa coloreada, así que he teñido con el rojo la otra mitad (aunque como se lee por ahí, el rojo Wilton deja un color más bien rosáceo).  Las figuras las he metido entre media hora y una hora en la nevera, para que al meterlas en el horno no pierdan la forma. Las meteremos en el horno durante unos 18 minutos, en una bandeja preparada con papel de horno.

Una vez fríos, los decoramos con la mezcla de la glasa coloreada con los colorantes en gel.

GALLETAS DE CRISTAL

Para las galletas de cristal la receta es la misma pero a la hora de hacerles la forma, he usado un cortador con forma de estrella y les he hecho un agujero en el centro, donde después he puesto medio caramelo.
Con estas galletas me he encontrado con una serie de problemas, que creo que podré resolver en un próximo intento. La primera hornada la he metido tal cual, con caramelo y todo, estando 15 minutos en el horno (eran un poco más delgadas que las decoradas). Y una vez fuera, he querido despegarlas en seguida, para ponerlas sobre una rejilla. Pero me he encontrado con una serie de problemas: los caramelos habían supurado y se habían salido del sitio que les correspondía; han perdido su color original y cuando las he despegado la galleta ha salido bien, pero con un agujero en el centro y se ha quedado el caramelo pegado al papel. 
Para la segunda hornada, cuando los caramelos han empezado a hacer burbujitas, he sacado la bandeja del horno cada poco. He conseguido que desborden menos, pero las galletas necesitaban más tiempo. Y ésta vez he esperado a que el caramelo enfriara para despegar la galleta, con lo que no ha habido problema de pérdida. 
Como hipótesis para una futura tercera hornada, creo que tengo la respuesta a la pérdida de color del caramelo (que se debe a que ha pasado mucho tiempo en el horno). Coceré la mitad del tiempo de las galletas y luego pondré el caramelo, dejándolas en el horno el tiempo que quede. A ver si así me quedan tan chulas como las que he visto por ahí.


RESULTADO

El paquetito del AIG con su etiqueta y listo para ser presentado
El paquetito de cumpleaños
Tenía muchas ganas de hacer las galletas de cristal, que eran mi idea original para mi AIG, aunque la idea de mandarle el salero se fue apoderando poco a poco de mi mente. No estoy del todo satisfecha con el resultado de las galletas de cristal, pero estoy contenta porque he visto la vía para mejorarlas. Aunque ahora que lo pienso, tengo que comprar más caramelos y buscar los más apropiados.



Algunas sí han quedado aceptables y creo que son bonitas. Espero que le hayan gustado a Carmen.



Respecto a las galletas decoradas he vuelto a tener problemas con los instrumentos, siempre me faltan, porque para eso hace falta dinero... Me he tenido que arreglar solo con dos mangas. Y con palillos para hacer algunas cosas.
Parece que la consistencia de la glasa se está haciendo poco a poco mi amiga y seguiremos trabajando juntas. Estoy contenta con cómo han quedado. Luego me animé a pintar unos pollitos simples con la glasa que me había sobrado. Y me doy cuenta de que haber asistido durante algún tiempo a clases de pintura hace que prefiera el pincel sobre la manga pastelera. Tendré que investigar sobre el tema, así como sobre texturas. Parece que a la persona a la que iban dirigidas le gustaron.



Ésta me la hice para mi, quería un diseño que significara algo.
También hice patitos, en honor a un pollito.

La galleta diseñada especialmente para mi AIG
Sobre el sabor... tan buenas como recordaba.


PELÍCULA

Al volver a hacer esta receta me he encontrado con algo que no esperaba, nostalgia, melancolía y recuerdos. Y ahora, al escribir esta entrada, me he acordado de una historia muy especial en la que una cocinera transmitía las emociones que ella sentía al cocinar a través de sus platos. Y no sé por qué, pero me ha parecido apropiada. Aquella historia se llamaba "Como agua para chocolate". Y da la casualidad de que existe una película basada en el libro original, por lo que parece adecuada para esta sección.


Tengo que reconocer que la vi con un poco de miedo. No he visto muchas películas mejicanas, y supongo que tenía un poco de recelo. No creo que se pueda hablar de racismo cinéfilo; pero es evidente que la mayoría de los países tienen su forma de hacer cine.Y desconocía absolutamente la mejicana.
Por otro lado, es una película bastante antigua por lo que los recelos aumentaban. (Y ni te cuenta los de aquella persona a la que obligué a verla... XD)

Pero ocurrió que para mi la avalaba el libro, que lei hace ya tiempo y quiero volver a conseguir.

Y bueno, efectivamente, está en mejicano, los actores son mejicanos, tienen deje mejicano... Pero es una historia al más puro estilo de realismo mágico. Y es que en la familia de Tita, es costumbre que la hija más joven no se case nunca para cuidar a la madre hasta que muera. Pero Tita está perdidamente enamorada de Pedro Muzquiz, y él de ella. Pero no pueden casarse, y él, para estar cerca de Tita, decide casarse con una de las hermanas de ésta. Mientras tanto, Tita se ha críado en la cocina y tiene la habilidad inhata de expandir sus emociones a través de las comidas. Si ella siente algo intenso al preparar un plato, los comensales también lo sentirán.

Creo que una de las cosas más sorprendentes de la película es la habilidad de pasar del romanticismo, a la zafiedad más diarreica de un segundo a otro.A mi no me resultó desagradable y no creo que sea excesivo, pero es curioso cómo cambia el tono de un momento a otro. Por supuesto, todo ligado con el nexo común de la gastronomía.

Algunas de las escenas pueden parecer ridículas (como ejemplo, la escena final con las cerillas) pero solo son entendibles dentro de ese contexto de realismo mágico.

Quizá peca de no saber explicar muy bien los saltos temporales. En algunos de ellos no se entiende claramente lo que ha pasado, y acabas proponiendo hipótesis. No es una película excesivamente lenta, y los personajes se hacen de querer. Y odiar.

MI consejo: Si no tienen estómago débil pruébenla güey

martes, 6 de noviembre de 2012

Estandartes de mandarina y canela, mucha canela

Después del curso de galletas que hice, tenía que probar a hacer mis propias creaciones en casa. pero no tenía Royal Icing, que es la forma fácil de hacerlo, porque para la compleja y/o casera se necesitan un montón de ingredientes con los que no cuento. Pero un buen día la vi en Mami Lou (la única cupcakería de Bilbao, 100% recomendable) y me dije que tenía que ser mía. Una vez con el paquete de un kilo en mi poder, barruntando cuál iba a ser mi primer experimento, empecé a hacer lista de galletas candidatas y sobre todo de diseños. Estaba (y sigo) fascinada por unas de personajes de El mago de Oz que encontré por ahí (y prometo que un día lejano, cuando domine la técnica y tenga suficiente material, lo intentaré) y de otras muchas. Pero lo que tenía claro por una vez, es que tenía que ser algo simple, que aunque en el curso, todo fue perfecto, me conozco y siempre tiro por todo lo alto. Pues nada, a ver, diseño simple. Tenía que tener además pocos colores, que no tengo material ni técnica para mezclar tropotocientos. Y como además mi intención era llevarlas a la tradicional reunión de mosqueteros pues como que pedían un diseño un poco... especial. Uno que no hiciera que el sensible estómago de un grupo de frikis (con todo mi amor, ya que comparto aficiones) no decidiera regurgitar su contenido. Vamos, que no podía llevarles unos ositos. Dicho sea de paso, que los ositos fueron el resto de masa que salió de estos experimentos.
Y vuelta a darle vueltas, hasta que encontré por ahí un diseño hecho sobre cupcakes, ¿y si lo trasformaba en galleta? Eran los estandartes de las principales casas de Juego de Tronos. En redondo no me convencían, ¿cómo podía hacer una forma atractiva? Pues con un cortador casero diseñado en forma de pendón sobre una hoja de papel. Me imprimí los estandartes en color (para tenerlos sobre la mesa a la hora de trabajar la glasa) y me hice la forma del pendón. Con mis herramientas caseras me puse a ello y... adapté una receta básica de masa para darle mi propio toque a mandarina y canela, mucha canela.


¿Y tú de qué casa eres?
INGREDIENTES y RECETA
Ha pasado tanto tiempo que no soy capaz de recordar las proporciones de lo que usé. Pero es una masa de galletas básica a la que añadí esencia de mandarina y canela, mucha, como indica el título.
Lo que sí voy a explicaros es el proceso de forma y decoración de las galletas. No tenía un cortador que pudiera parecerse a un pendón o estandarte, así que me fabriqué uno. Quería hacer 7 galletas, 6 de las casas más importantes y la del cuervo. Para eso, dibujé mi pendón en un papel y lo recorté. 
Después, colocando mi patrón encima de la masa estirada con rodillo, y con ayuda de un cuchillo de cerámica, fui cortando la forma. Repetí el proceso 7 veces, para conseguir los siete estandartes. 
Metí las formas cortadas durante una hora a la nevera y después, las hornee siguiendo el procedimiento habitual.

La decoración de la glasa la hice otro día, de noche, a las tantas de la madrugada. Es lo que tiene que una sea nocturna... o que lo sea a veces. Con el mix de Royal Icing, fui preparando cantidades pequeñas de glasa a colorear. Cada color lo puse en su manga correspondiente. Previamente me había impreso los dibujos y a mano alzada, fui dibujando con la glasa sobre las galletas, primero los fondos y luego los dibujos. 

RESULTADO
Respecto a la canela, a la "tanta" canela. Le echaba un poco y mi pinche exigía más y más, lo que por otra parte hizo que quedara ligeramente más arenosa de lo que me hubiera gustado para trabajar, aunque de sabor muy buenas. ¿El resultado de la decoración? Pues bueno, podéis juzgar vosotros. 
Lo cierto es que me encontré con múltiples dificultades. Primero, la consistencia de la glasa. No me sale. Igual es por miedo a gastar el paquete, que mi economía precaria no se puede permitir comprar demasiado. Pero es que no conseguí la consistencia que quería, todo muy líquido. 
Luego con las mangas. Otro cristo. Justo, había comprado 6 deshechables en algún chino (y ahora mismo no recuerdo dónde, lo que es una putada), pensando en que quería un diseño de pocos colores. Como veis los colores son 4 : blanco, amarillo, rojo, e intento de negro). Porque cada color va montado en una manga diferente. Pues bueno, se me rompió una. Descubrí que con mi amalgama de boquillas, justo me había comprado dos del 01 para los dibujos de glasa, no tenía sujetaboquillas o como se llame de ese tamaño (los míos son de plástico) y toda la glasa se me salía por todos lados. Lo que me llevó a echar mano de recursos caseros, como viene siendo la técnica de "pincel por palillo". Y no es como una manga, claro.
Luego está el asunto de los colores, que telita también. Por todos los sitios se dice que el rojo y el negro de Wilton no sirven para hacer rojo y negro. Y es verdad. El rojo es más o menos rojo porque usé uno de Sugarflair (desgraciadamente no el extra red, que no lo tengo) y el que debería haber sido negro... pues es más bien morado.

La precisión es más bien escasa, por lo que ya he comentado, que con un palillo y mucha inexperiencia hacer lineas más o menos finas es un infierno. Aunque tengo que decir que me siento especialmente orgullosa del emblema de La Guardia de la Noche (el cuervo) y el de los Baratheon (el pendón amarillo). Aunque yo me comí el Martell (el escudo en forma de sol y la lanza) que tengo que seguir una tradición. Y es que estos señores para los que les hice las galletas, cada uno barre para su casa. O se come su propia galleta.

La guardia de la Noche
Los Greyjoy
Los Stark
Los Baratheon
Los Martell
Los Targaryen
Los Lannister



PELÍCULA

Sin que sirva muy de precedente, hoy no traigo una película. Digo muy, porque preveo alguna entrada en la que romperé, como hoy, la norma de dulces y cine. Digamos más bien que la promesa del blog es más bien repostería y audiovisuales. O lo será casi siempre. Pero ya me estoy liando.

Total, que hoy os traigo algo que está muy cerca del cine. Las series de televisión, y como no puede ser de otra manera, os presento "Juego de Tronos". Puede decirse, además, que la cadena que produce esta serie, la HBO, acerca aún más las series al cine, llegando a veces a superarlo. Pero las cosas con un orden. Y pensar que incluso mi padre se ha enganchado...
"Juego de Tronos" es una serie basada en un libro (o una serie de libros, "novela río" que lo llaman, aunque aún no sé qué es), y como veo que hoy me estoy liando, pues vamos a empezar por literatura, para presentarlo bien . Es el primer libro de una saga ("Canción de hielo y fuego") escrito en 1996 por George R.R. Martin. Actualmente, y aparentemente, la saga estará compuesta por 7 libros. Pero como con todo lo que rodea al señor Martin, puede que no sea así. Experto en escuchar lo que se dice por la red para tomarlo, violarlo y escribir lo que se le pone en la punta de... la nariz. Me enganché a estos libros hace mucho, cuando aún no eran populares y yo se los regalaba a mi hermano por su cumpleaños (puede que antes de envolverlos les echara un vistacillo...). A mi humilde parecer, este primer libro es el mejor de la serie, que en mi opinión (parece redundante repetir parecer, opinión... una y otra vez, pero con los fans nunca se sabe) ha ido decayendo un poquito. Este primer libro es una historia de corte e intrigas, muy bien escrito. Puñaladas por todas partes, personajes de todo menos planos (a medida que avanza la historia, comprendemos las motivaciones de los personajes y muchos nos llegan a caer bien) y que evolucionan. El libro guarda sorpresas para los no iniciados en esta saga, un desarrollo que no esperas. De hecho, cuando yo lo leí, aparté el libro durante una semana porque me enfadé con el escritor. Y sobre todo, no le cojáis cariño a ningún personaje, porque Martin es mucho Martin. Dicen por ahí, que cada vez que le preguntan cuánto falta para el próximo libro, mata a un Stark.
El caso es que, la serie es la adaptación televisiva del primer libro. Pero tengo mis dudas, porque la HBO está mucho más cerca de hacer películas de una hora que se continúan que lo que tradicionalmente entendemos por serie. Pero es que a lo mejor, tengo cierta filia por el canal. El señor Martin figura como uno de los guionistas (de hecho, lo es, mucho antes de ser escritor y eso se nota). Y aunque en la serie hay algún cambio, los debemos dar por buenos son del mismísimo creador. Si me gustaba la historia, la serie me cautivó con sus diálogos, me declaré fan después de la conversación entre el Rey Robert y Cersei, que aunque en el libro no exista, recoge y describe su espíritu.



Total, que es una serie con mucha violencia y mucho sexo (probablemente en la segunda temporada lo haya en exceso) pero con un argumento, y sobre todo, con unos personajes muy bien evolucionados, que atrapan. Y que o los odias o los amas. A veces, a la vez.  Particulamente tengo que decir, que en general me caen mal, pero me pasa con muchas series y que mi personaje preferido es Tyrion.
Ah... que con todo el lío que me he montado, ni siquiera os he contado de qué va. Pensé que lo sabríais. El señor de Invernalia, Ned Stark, debe ejecutar a un desertor de la guardia de la noche. En el viaje de vuelta, descubren 6 cachorros de lobo huargo como los que tiene su casa en el escudo, uno para cada uno de sus hijos. Mientras tanto, llega a Invernalia el rey de Westeros, Robert Baratheos con todo su séquito, para pedirle a Ned que sea La Mano del Rey, porque la anterior mano se ha muerto.
Y a partir de ahí...

Completamente recomendado. Probablemente sea una serie que tenga todo lo malo y todo lo bueno que has oído, así que dale una oportunidad.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Familia de ositos de galleta


Un pequeño adelanto de unas galletas que hice hace unos pocos eones. Son un poco las sobras de lo que ha sido mi primer proyecto de decoración de galletas con glasa (que tendrá su propio post y su propia receta y todas esas cositas que suelo poner en los post, pero éste va a ser un poco diferente, solo de enseñar). Están hechas con un cortador de oso y con algo de fondant que me había sobrado del taller de galletas decoradas que hice de La Tanana.

Eran solo el acompañamiento de las otras galletas y no son gran cosa, pero bueno, os las enseño.



Son sencillitas y ni siquiera tuve tiempo de enfriarlas antes de hornear para que no perdieran la forma, pero para ser mis primeras galletas decoradas han quedado resultoncillas. No llegarían al aprobado de un experto, pero oye, me animo pensando que de sabor estaban muy buenas y que al menos son coquetas.




 Hay ositos y ositas y fueron regalados a personas y personillas. Por ejemplo, el lila se lo regalé a mi hermana, que fue quitándole primero los pies, luego los brazos... y así en un descuartizamiento lento y metódico.




 Las fotos tampoco son maravillosas, pero ni me encontraba en casa ni tengo buenos materiales para las fotos. Y ni que decir sobre las propias cámaras, que me tienen un poco de tirria, así que la fotografía tampoco es lo mío.


El osito trepador







Así que hoy es una entrada breve para enseñar orgullosa, mis pequeños osos chapucillos. ¡Mirad qué majo el osete metido en la taza! Estas galletas acompañadas con un poco de leche... Mmmm... Claro que las pobres galletas oso estuvieron pronto en peligro de extinción.






TRAILER 

Y para hacer honor a la brevedad del post, os traigo un trailer de una película que aún no se ha estrenado, así que a saber si será recomendable, aunque sí puedo decir que mi intención es verla. 


Los hobbits, como mis osos, son de tamaño pequeño y son la precuela de algo que abarca mucho más allá. Se parece un poco a mi pequeño proyecto de galletas, así que elección justificada.