jueves, 26 de enero de 2012

Algodón de azúcar en forma de galletas

Para celebrar que he acabado exámenes, traigo nueva entrada. Y eso que parecía que me iba a tomar un descanso. La elección tenía que ser algo sencillo y fácil de hacer. Y sobre todo, algo que me dejara experimentar. Quería experimentar con el aroma de algodón de azúcar y en Gallitelandia encontré la respuesta. ¡Galletas de algodón de azúcar!
Aunque tuve que amoldar la receta, porque mi aroma de algodón de azúcar es concentrado.





INGREDIENTES
-350 gr. de harina
-200 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-150 gr. de azúcar
- 1 huevo
-4 gotas de aroma de algodón de azúcar concentrado
-colorante rosa y rojo de Wilton





RECETA
Como siempre, lo primero es precalentar el horno a 180º
(como recomendación de hoy: no dejarse cosas dentro;).

En un bol, ponemos la mantequilla que al estar a temperatura ambiente, decimos que está en el punto de pomada. Añadimos el azúcar y batimos.



Es mi nueva barilla rosa. La anterior que tenía era de metal y ésta de plástico. Creo que al trabajar se nota la diferencia. Por otra parte, aunque parezca un orinal, no lo es.

Cuando parezca que la mantequilla se ha tragado todo el azúcar, le echamos el huevo y batimos. Y le añadimos las gotas de algodón de azúcar. Es importante removerlo bien para que el sabor se vaya expandiendo. Por último le agregamos poco a poco la harina y vamos batiendo hasta que se integre todo.

Separamos la masa en dos recipientes diferentes. Metemos un palillo en el colorante y lo restregamos en la masa. El colorante Wilton tiñe muy rápido y no se necesita mucha cantidad, acostumbrada al Vahiné, es una diferencia enorme. Repetimos el proceso con el otro colorante y otro palillo. Y batimos hasta que el color de cada uno sea homogéneo.




Mi recomendación, y más con esta masa: trabajar con las manos para darles forma. Que lo de mancharse haciendo repostería es una de las partes divertidas del asunto. Hice dos tipos y medio de tipos de galleta de algodón de azúcar. Mi intención primaria era hacer todo bastoncitos, para lo que cogeremos un poco de masa rosa y haremos un churrillo fino, lo mismo con la roja.


Parecen gusanos... T_T Tengo un problema personal con los gusanos.

Los entrecruzamos hasta conseguir hacer bastoncillos. Es más difícil de lo que parece, porque se van desmenuzando. Creen que pueden iniciar una rebelión y no hay que dejarles. Al final los acabé haciendo de todos los tamaños posibles.


La textura me recordaba a la de las pechugas de pollo

También usé cortadores con forma de corazón, oso y elefante.



La otra media forma es porque solo hice una galleta especial. Como ofrenda a nuestro señor master de Aquelarre.



Los metemos al horno durante 15 minutos. Los dejamos enfriar y voilá.



Para la presentación con un poco de plástico transparente de envoler comida y un cacho de lana, se puede apañar un envoltorio resultón:




RESULTADO
Maravillosas. No se las puede definir de otra manera. Riquísimas.
Tenía dudas de cómo saldrían, por eso de que calcular cuanto aroma echar de algo que no había probado nunca era complicado, sobre todo porque es concentrado (que se traduce en que el bote es muy pequeño y no hay que echar más que unas gotas).


Pero el resultado es más que aceptable. Incluso más que notable. Sí que hubo problemillas solventados. Le pedí a mi hermano que me sacara las cosas del horno y cuando después de ponerlo a precalentar y empezar a oler mal miré dentro, se había dejado dentro una bandeja y una sartén con aceite...
Nuevo problema con el huevo: no parece un huevo muy actual y creo que eso se ha traducido en que la masa parecía aceitosa. Así que señoras y señores, como recomendación, háganlos con huevos nuevos. A la hora de manejar los churretes ha sido un poco engorroso. Además, como la masa era diferente a la consistencia de las otras galletas que he hecho, no sabía si estaba bien; pero resultaba que sí.
Debido a mi indecisión la gran complicación de toda la receta ha sido elegir los colores. Aunque después, han quedado un poco descoloridos, yo que los quería rojos y rosas... Eso sí, quedaron bonitos. Y la segunda hornada quedó un poco peor, porque hacer demasiadas cosas a la vez suponga que las del fondo se te quemen un poquito.
Y triunfaron. Volví a oir eso de "es lo mejor que has hecho hasta ahora". Aunque esta vez, tengo que estar de acuerdo. Estaban dulces, pero no empalagosos. Había quedado con un grupo de amigos y les bajé galletas. Se lanzaron a por ellas como si no hubieran comido en años. O como si no hubiera mañana.



Ahora, a por cupcakes de algodón de azúcar.


PELÍCULA
Quería una película que pareciera para niños, pero contuviera algo más que un mensaje para adultos. Que jugara con cosas como algodones de azúcar y fuera más que eso. Solo había una opción de la que tirar. Solo podía ser algo de Pixar. Y tampoco una peli cualquiera:


Además, debido a ciertas circunstancias, es una peli que habla de viejillos. Los primeros minutos de esta película son una obra maestra, estuvo nominada a mejor película y no en la categoría de animación. Aunque a priori estar nominada no quiere decir que sea la mejor. Hay mucho trapicheo detrás de los Oscar, pero solo una peli de animación ha ganado alguna vez como mejor película, "La Bella y la Bestia".
En no más de 10 minutos cuenta la historia de toda una vida. Sin diálogos construyen una de las historias de amor más bonitas. Tanto, que uno piensa que lo que quiere cuando sea mayor es eso. Los globos (y el porche de Marshall y Lily, de "Como conocí a vuestra madre") se han convertido posiblemente en un icono del romanticismo, lo que a todos los moñas nos gustaría tener en un futuro.
Imposible solo hablar de la técnica de esos primeros minutos, porque es verlos y se te pone un enorme nudo en la garganta. Pero es que narrativamente es maravilloso.
Después la película se convierte en una película entretenida de aventuras, con toques tiernos. Crea personajes a los que es imposible no querer, como las dos mascotas. El pájaro, Kevin, es entrañable, con gestos casi humanos. El perro, Dough, es un perro... Lo que quiero decir es que quitando todo el acompañamiento que implica contar una historia, tiene un comportamiento de perro. No es simplemente un perro humanizado, ¡es un perro! Porque aunque se acabe convirtiendo en un gag recurrente... ¡ardilla!


Quizá la clave de la película está en la relación que se establece entre Carl (el viejillo), Russel (el niño) y la casa (Ellie).
El inicio de la película y su motor para seguir adelante es la relación entre Carl y la casa. Cuando Carl y Ellie se conocen la casa forma entre ellos un vínculo sellado en la promesa de que irían juntos a las cataratas paraíso. Pero por desgracia, es tarde, y Carl establece con la casa la relación que tenía con Ellie. A través de la casa, la mantiene viva, manteniendo viva su promesa. La casa es la personalización de Ellie, le habla como si fuera ella. Tiene que conseguir llevar la casa hasta la catarata, cumplir lo que le prometió a Ellie. Pero para conseguirlo, tiene un tiempo limitado, ya que los globos que hacen volar la casa se van a acabar pinchando.
Y precisamente, el tiempo es algo en estrecha relación con la vejez. Mientras que los jóvenes tienen todo su tiempo por delante, en la senectud, cada vez tienes menos tiempo y eres absolutamente consciente de ello. El tiempo es el peor de los enemigos para los viejillos. No van a vivir para siempre, y lo difícil es asumirlo. Tanto para ellos mismos como otros (que en este caso se trabaja a través de Russel), el peso del tiempo es uno de los pesos más grandes. El tiempo pasado se convierte en el tesoro más preciado, como lo es para Carl el tiempo que estuvo con Ellie.

Russel por el contrario, simboliza todos los obstáculos de Carl para conseguir su objetivo. Es el que "pone en peligro" la consecución del viaje, o del objetivo. No lo va a hacer conscientemente, pero solo colándose en la casa cuando ésta hecha a volar, ya empieza a verse los posibles retrasos que puede ocasionar.

Está claro que los viejillos tienen algo que despiertan nuestra ternura. Quedarse impasible ante el sufrimiento de alguien que está parcial o totalmente impedido (de ahí también que sea importante que a Carl quieran mandarle a una residencia y desahuciarle, o sus problemas físicos que tienen su interpretación en la cojera) es demostrar una alarmante escasez de empatía. No sabemos explicar por qué, pero los ancianos y los niños nos despiertan eso sin poder controlarlo. Y eso que hay toda una serie de teorías al respecto (de las que he hablado a menudo en Opinar que es gratis).

La aventura es solo una excusa para contar algo que conmueve. Y es que esta película tiene algo que soy incapaz de explicar...
Pero es que, ¿qué más da lo que pueda decir técnicamente, de narrativa, de animación...? Solo puedo recomendarla, y jurar odio eterno a quien no la vea.



2 comentarios:

  1. Doy fe. Las galletas estaban riquísimas. ^^

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  2. Me alegro, me alegro. Aún me queda hacer experimentos con alguna otra cosa...

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