miércoles, 17 de julio de 2013

Jugando con colores, y con sabor a rosa

Bienvenidos al segundo intento de masa de colores. Puede ocurrir que a veces a alguien se le meta una idea en la cabeza. Y que hasta que esa idea no toma forma real y tangible, siga rondando por la cabeza. Pues es lo que ha ocurrido con las galletas de masa coloreada. 

No sé muy bien porqué llevo semanas pensando en galletas. Imagino que para dar descanso a mi cabeza de exámenes. Pero éstos acabaron y las galletas se han quedado. Pero quería hacerlas de colores. Sin pintar, solo con la masa coloreada.Y lo que venga. Además de usar unos cortadores bastante especiales que me han regalado. ¿Hay alguna fanática de Stitch en la sala? ¿Cuela si no levanto la mano?

Así que después del intento fallido de la vez anterior, y aprovechando que estoy de vacaciones, junto con la misma pesada de siempre (que conste que la llamo pesada solo porque no le apetece ponerse a teclear)y otra pinche que se nos unió, dimos forma y color a mi obsesión. Solo faltaba elegir sabor, y estaba claro que la mejor de las ideas pasaba por recuperar el sabor de otro experimento fallido, uno que se nos pasó al total black. Y no precisamente por echarle colorante. Os presento las galletas de rosa y canela que tenía en mente desde hace tanto tiempo:



INGREDIENTES

-1 huevo grande
-200 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-200 gr. de azúcar moreno
-400 gr. de harina
-2 cucharadas de pasta de rosas
-1 cucharadita de canela
-colorante: rojo y negro violáceo


RECETA (adaptando receta de Vanina):

Mezclamos la mantequilla con el azúcar hasta que tenga consistencia de pomada. Añadimos el huevo y batimos. Añadimos la pasta de rosas y la canela y revolvemos bien. Añadiremos poco a poco la harina, tanta como vaya aceptando. No pueden quedar bolsas de harina, pero tampoco hay que pasarse con el amasado.
Separamos la masa en dos y a cada porción le añadimos el colorante deseado mediante un palillo. Hacrmos una bola con cada una de las masas y las metemos en una bolsa de plástico (para que no pillen olores y demás) en la nevera, durante al menos una hora.




Sacaremos la masa de la nevera y con un rodillo la alisaremos con un grosor de medio cm aproximadamente. Cortaremos las galletas con los cortantes y meteremos las galletas ya cortadas en el congelador durante por lo menos una hora (yo las he tenido una noche entera).




Pondremos a precalentar el horno a 170º. Las hornearemos durante 7 minutos. Después, las sacaremos del horno durante otros 5 minutos y apagaremos el horno. Volveremos a meterlas durante media hora, pero ésta vez con el horno apagado. Las sacaremos y las dejaremos enfriar.

El método "doble" de horneado es para mantener el color de las galletas y que vayan perdiendo la humedad poco a poco.


RESULTADO



En la sección de trucos, detalles y chismorreos hoy toca hablar de ese momento estúpido en el que se me ocurre preguntar, ¿y si le echamos azúcar moreno recién compradito? Que sí, que las tres estábamos de acuerdo con eso de que el azúcar moreno está más bueno. Pero a ninguna se nos ocurrió pensar que una de las características más evidentes del azúcar moreno es que.... ¡es moreno! Marrón. O como dicen por otros continentes color café (pero sospecho que con mucha leche). Y eso supone que la mezcla final no va a ser de un color tan claro y moldeable como el que hubiera quedado si nuestras brillantes mentes (entre las que se encontraba una licenciada en Bellas Artes, lo que lo hace aún más irónico) se hubieran dado cuenta de que era más fácil de teñir. De ahí que las opciones de color fueran más escasas.

¿Cuál era Chip y cuál Chop?
En este punto debo decir que el que finalmente la opción rojo y negro ganara no se debe al azar. Porque quería que hicieran honor a aquel "dulce" que tanto me gustaba de niña, el que consiguió apropiarse de un significado especial. Las moras de gominola. Ahora también debo admitir que en realidad, y aunque sepan igual, prefiero las rojas y no sabría decir porqué.

Doraemon, katu kosmiloa
Pero bueno, que me desvío. El tiempo de horneado que os he puesto es ligeramente superior al que venía en la receta original, porque cuando las he sacado estaban un poco crudas. Y aunque adoro la masa cruda, cuando quieres hacer galletas y que las acepten tal y como son es mejor que estén hechas. Hemos tenido especial problema con las Stitches, porque por lo visto todos preferían volverse sordos, perdiendo las orejas en el proceso.

Por lo demás, para mi están muy buenas, sin saber a colonia. En su momento descubrí medio traumatizada que el helado de rosas y canela sabía a colonia. Y tenía miedo de que ocurriera, pero no. Tienen un ligero toque floral y de la canela qué decir... no pienso volver a dirigirle la palabra a quien no le guste la canela.


Así que quedo satisfecha con el resultado.



Os presento algunos de los invitados especiales:

O de cómo la hermana de Doraemon se convirtió en Scarface

El oso psicópata, fruto de los restos de masa
¡Stitches!


Torre de galletas

Torre de galletas II


Galletas redondas con esperanzas de convertirse en galletas decoradas, en próximas entregas

PELÍCULA

La película que acompaña a esta entrada no podía ser otra. Todo apuntaba a que ésta tenía que ser la elegida, sin ningún tipo de duda. Porque resulta que además de la repostería tengo más obsesiones, y ésta es otra de ellas. ¡Presentémosla!



Sí, es de Disney. Os enseño la funda de mi móvil para que veáis de qué película os hablo:


Sí, es Lilo & Stitch. Tengo una pequeña colección de cosas de Stitch. Y ahora que lo pienso, solo una cosa de Lilo. Pero dicen que recuerdo un poco a Lilo. Adoro a Stitch. Por encima de muchas cosas. Pero la asociación además de evidente (he hecho galletas con forma de Stitch), es emocional y emotiva. Así que me sirve como excusa perfecta para hacer una sección corta una vez más. Si existe alguien que lea éste blog, y además es fan de esta sección (y tiene alguna queja de la brevedad de la susodicha) puede dejar un comentario en la entrada y tomaré en consideración su petición/queja o lo que se le ocurra.

1 comentario:

  1. que ricaaas! a mí también me encantaban las moritas de gominola :P, tanto en su versión "con granitos duros" como las que eran solo gominolas (más pequeñinas). Y además, con canela! *-* (me apunto a retirar la palabra a los no-amantes de la canela!).

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