jueves, 17 de marzo de 2016

Mini muffins de plátano con aroma de ron

Estos muffins tienen una pequeña historia detrás, como siempre. Por una parte, iban a ser mi sacrificio a mi primer Club del Libro (es un selecto y secreto club, que de secreto y selecto no tiene nada, a donde no se va a leer ni a hablar de libros, si no a ponerse cigalupos y merendar). 

Si alguien se pregunta qué quiere decir cigalupo, pues probablemente sea una de esas palabras de herencia familiar que la RAE desconoce y que quiere decir "ponerse como Pepe el Hijoputa". Es decir, morado a comer. Y sobre el Club... pues la teoría dice que llevamos libros, se presentan, te pegas por ellos y te llevas alguno a casa para leerlo. Pero al último Club del Libro fuimos a comer helado de Oreo y de Kinder Bueno (que hizo y sacrifició un representante del club) y a comer otras cosas.



Total, que el club era el domingo y me encontraba el viernes con ganas de reposterizar y ya convencida de ello. Pero cuando reuní los ingredientes... pues... esto... no tenía ni suficientes huevos ni suficiente harina. (Es que también me puse a hacer otras galletas que se llevaron toda la harina y eran para otra persona). Y mirando alrededor descubrí que teníamos en casa 2 plátanos que ya estaban un poco pochitos incluso para mi (que me gustan maduritos). ¿Por qué no? Lo que me recuerda que tengo que convencer a mi compi colombiana de una (otra) clase exprés sobre plátanos, bananas y esas cosas que por lo visto no llamamos correctamente aquí.

Y sobre todo... quería probar otro regalo que me hicieron en Navidad y que desde luego no me esperaba para nada. Mi querido padre (a.k.a. el Sargento) siempre refunfuña (si sólo fuera eso...) cada vez que hago repostería (tiene además, otra habilidad: solo prueba lo que hago cuando hago cosas contadas que quiero regalar y necesito que nadie se coma una a traición). Pero luego, en Navidades, después de haberse dedicado a echarme la bronca para que deje de hacer repostería todo el año, decide regalarme cosas como ésta:



Es una especie de hornito portátil con huequitos para 4 cupcakes. O muffins. O lo que sea. Bueno, muffins en realidad, porque el aparatillo viene con una receta donde indica claramente que solo es para 4, que no se doblen los ingredientes... Y bueno, como siempre, me lo pasé por esto... ¿se puede decir aquí el forro de mis...? Vamos, que yo me guiso mis recetas y yo me las como. Pero sin comérmelas.

Pero lo mejor de este aparatito es que es supersimpático. Se le encienden los ojos cuando está caliente y demás:


Tengo que decir, que para mi propósito (el de llevar un buen número de muffins a un evento) no es del todo práctico, porque tardas un poco más al solo poder hacerlos de 4 en 4. Aunque cada tanda tarda menos que en el horno. Y sobre todo, no pongo el horno pringado.


Las primeras ¿hornadas? fueron sobre todo de prueba. Que no quedaran demasiado poco hechos, o demasiado hecho. Al final, descubrí que para estos muffins en concreto, necesitaba 8 minutos por viaje. Supongo que variará mucho si hago otras cosas (porque lo dicho, tiene menos harina y menos huevo del que usaría para una receta normal).












Nuevamente, la receta es vieja Y el post, tres cuartas partes de lo mismo... así que ni me acuerdo qué leches llevaban. ¿El resultado? Ni los mejores que he probado, ni los peores. Un poco en tierra de nadie. Lo tenían muy difícil para competir con las gigantescas galletas de otro de los componentes del club del libro. Y es gracioso, porque no he vuelto a llevar nada horneado por  mi a un Club.

Supongo que tendré que volver a habituarme a colgar las recetas completas, pero ya que tenía este post a medio escribir dese hace dos años... pues oye, lo rescato. Y os cuento que a falta de cosas, buenos son los plátanos.


PELÍCULA

Y hoy he decidido hacer una mención a la última peli que he visto en el cine, "Cien años de perdón", pero os voy a enlazar a la opinión del amigo con el que la vi. No tiene nada que ver con el club del libro, ni probablemente con el propósito de este blog, pero hay que recuperar viejas tradiciones. Que originalmente en este blog se hablaba de comida y de cine.

Por mi parte, tengo que decir que estoy bastante de acuerdo con mi amigo Jokin. Que la peli es como un polvo mal echado. Y eso que tenía dos cosas por las que la hubiera comprado casi en cualquier circunstancia (digo casi, porque no sé qué hubiera hecho de ser dirigida por mi archienemigo de celulosa. Confesaré quién es y le dedicaré una entrada si alguien lo pide en algún comentario): Luis Tosar y Raúl Arévalo. Probablemente, y sin probablemente, mis dos actores españoles favoritos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario