jueves, 12 de julio de 2012

Curso de decoración de galletas con La Tanana

Por motivos variados no he podido subir esta entrada antes, así que llega casi un mes tarde. Jooooo. Pero ha llegado. Ahhhhh, bueeeeeno.
De esto que estás un día en tu casa y ves anunciado en el facebook, en uno de los miles enlaces sobre repostería que coleccionas que se va a hacer un evento de esos en algún lugar. Te fijas bien y resulta que se va a celebrar en Bilbao. Se organizaba Swet Bilbao los días 15, 16 y 17 de junio. Yo lo leo como un mes antes y empiezo a echarle un vistazo, porque ¡se organizaba en Bilbao! Mi ciudad. Veo que hay un montón de cursos, pero todos bastante caros, que una es estudiante. Inmediatamente quiero hacerlos todos, pero el dinero no me va a llegar. Ya había hecho un curso de cupcakes antes y éste iba a ser mi segundo curso. Después de mirarlos y remirarlos, y descartar unos cuantos por precio, me quedo con dos. Uno de modelado en cupcakes y otro de galletas. Ambos tienen buena pinta y tardo lo mío (previo paso de preguntar a todo el que me rodea que cuál de los dos le gusta más) en decidirme por uno. Me acabé decantando por el de modelado, porque el criterio acabó siendo que el que mucho abarca, poco aprieta. Y decidí optar por trabajar más los cupcakes. Pero por exigencias del guión, ese curso se vino abajo y como ya había mandado mails a las organizadoras de los dos cursos, descubro ilusionada que aún hay plazas para el de galletas.

Allá que me apunto al curso de decoración de galletas con La Tanana el sábado 16 de junio. Ellas tienen un estilo muy particular, sus galletas son delicadas y nada rococós. Y cuando ya es demasiado tarde (demasiado tarde fue cuando vi los cursos, pero una vez apuntada era como más irreversible) me doy cuenta de que estoy en exámenes. Pero la ilusión puede con todo.

Sweet Bilbao se celebraba en el hotel Miró. Que por cierto, no sabía exactamente dónde estaba y me perdí para llegar. Sweet Bilbao había alquilado saloncitos donde se estaban dando los diferentes cursos. Debía de haber también una merienda y alguna otra cosilla, pero lo único que vi fue una tienda Maicupcakes, a donde preveo, tendré que ir de visita porque en el stand no demasiadas cosillas. Aunque sí que me compré un cortante con forma de señor.

Y corriendo para el curso. Los del hotel Miró lo habían preparado todo muy bonito: con una libreta para apuntar, una piruleta, un lápiz, una botella de agua... y los instrumentos que trajeron desde La Tanana, ya solo con eso la mesa estaba preciosa. Lo impartían Yulia y su madre, las dos son un cielo. Hablan un montón, pero son muy simpáticas las dos y nos explicaron muy bien. Nos pusieron a trabajar durante 4 horas y media y decoramos 6 galletas con los patrones que ellas nos habían traído. Nos trajeron los colores ya elegidos, de forma que nos evitaron pensar y ponernos pidonas. Su estilo es muy particular y especialmente llama la atención las cosas que hacen con el punto de cruz. Por cierto, ganaron el 1er y el 3er premio en la modalidad de galletas de Expotarta.

Es la primera-primera vez que usaba glasa real. Había hecho pruebas de decoración de galletas con chocolate (que aún tengo por subir, porque con el fallo horrible y azul de mi ordenador, casi pierdo las fotos), y también había trabajado un poquito (en el otro curso y mis pobres intentos anteriores en casa) con el fondant. Pero nunca con la glasa. Y creo que me gusta más. De sabor por supuesto. Pero la glasa se parece más a pintar. Aunque muchas horas seguidas acabas con dolor de muñeca... Las chicas de La Tanana nos trajeron las galletas horneadas y nos dieron un par de recetas y unos cuantos truquillos. Cada una de las asistentas al curso trabajamos las galletas que nos tocaron casi en silencio. Me gustó mucho la técnica y me hizo darme cuenta de que necesito comprar glasa real...

Nos dieron unas cajitas de cartón muy monas para guardar y llevarnos nuestras creaciones y se preocuparon en todo momento de que las envolviéramos bien para que no se estropeasen con la lluvia. Porque aquí, señores y señoras llueve, que es Bilbao. Nos dieron un trozo de fondant y algo de masa cruda que hicieron en el momento. Masa, que por cierto, me comí parte sin querer mientras estudiaba. Y es que tengo debilidad por la masa cruda... Se interesaron por la evolución de nuestros trabajos, corrigiendo cuando metíamos la pata, se interesaron por futuros proyectos... Me encantó el ambiente, me encantó el resultado (la mar de majo para ser mi primera vez, cosa que me ha dado esperanza para practicar en casa) y me encantó el curso. Para repetir.

Os pongo las fotos del curso (salvo las de mi caja de galletas, las he tomado prestadas todas de su web y del Facebook de Sweet Bilbao):

La preparación de la mesa
 En materia:


Yulia y su madre:


Todas las alumnas con las profesoras exhibiendo orgullosas nuestras galletas (no os voy a decir quién soy yo):


Y mis galletas. Ocurre que soy un culo inquieto y que mientras esperaba a que algunas compañeras acabaran sus decoraciones y como sobraban galletas sin decorar, me di a la manga pastelera y me saqué de la idem una 7ª galleta, concretamente la que está en medio de una partida de 3 en raya, como homenaje al juego que tantos momentos muertos se ha llevado en la pizarra del colegio. Hace eones ya. Luego, lo segundo que llama la atención es que entre esa armonía de colores destaca una pobre e infiltrada galleta azul. Y es que a mi me encantan los colores. Mi color preferido son todos, no puedo elegir uno porque todos sirven para algo (yo filosofaba en mis clases de pintura) y "accidentalmente" mi fondant se tiñó de azul. Y le puse un lacito. Quedaron muy pro, ¿verdad?







Y después de esta entrada en tono muy distendido, toca la lección de cine. Pensando que os he enseñado cómo he hecho galletas, que es un género completamente diferente al que acostumbro, también en este apartado voy a cambiar de género. Si a un cupcake o a una galleta le toca una película u obra de ficción, a un curso, le tocará... ¡un pedacito de realidad! 
Ahí es cuando me atraganto. Porque los pedacitos de realidad de los que hablo son documentales, una obra de no-ficción; lo que no quiere decir que sean pedacitos de realidad. Pero todo eso es teoría de lo audiovisual y hoy no os doy más el tostón. Adelante y presentación del documental (que prometo no va a ser de los de sobremesa como acompañamiento de la siesta):


EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS


Muy apropiado porque enlaza con la forma de mis galletitas. Y porque es el documental del cómo se hizo una película, Apocalipsis Now. La película, está basada bastante libremente en un libro cuyo título es, precisamente, El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad. El verdadero título de este documental es Hearts of Darkness: A Filmmaker's Apcalypse; y está dirigido por Fax Bahr y George Hickenlooper.

Apocalipsis Now puede ser seguramente el rodaje más caótico de la historia del cine. Desde el punto de vista de la mujer de Coppola, Eleanore, vemos el parto monstruoso de una de las películas más importantes de la historia, en el que si algo podía salir mal; saldría peor. Una obsesión que puso en riesgo su salud mental. No es una obra prescindible, es el complemento necesario de la película.

El documental narra el viaje paralelo a los infiernos de los protagonistas de la cinta, el viaje a través del río.   2 años de rodaje en Filipinas que hicieron que el director tuviera que hipotecar su casa para acabar su obra.Y por protagonistas, ésta vez se entiende gente de carne y hueso: actores, técnicos y el propio Coppola. En este metraje se ve como Coppola corre por la selva, casi en el mismo estado semi-salvaje que los personajes de su propia obra. Hasta ese momento, la filmografía de Coppola, con películas como El Padrino, estaba basada en encargos que le habían hecho como director. Esta era la primera película que él quería hacer. El rodaje, como tantos otros, se alargó, elevando el presupuesto y unido a la gran tensión de todo lo que fue saliendo mal, Coppola incluso acabó pensando seriamente en suicidarse. Así que este documental tiene mucho material que hará que veamos Apocalipsis Now de otra manera.


Con casi todos los actores hubo problemas. Martin Sheen no fue la primera opción, la escena de la película en la que sale borracho rompiendo un cristal no estaba actuando, sufrió un connato de infarto. El gran Brando se comportó como un déspota durante el rodaje: llegó fisicamente muy cambiado (teniendo que cambiar escenas para disimularlo y ofreciéndonos los grandes momentos que conocemos hoy) y sin haberse leído una linea.
El tiempo tampoco puso nada de su parte, algunos de los tornados de la película son reales y la desolación de los actores también. Tampoco el lugar, pues rodaban en medio de un territorio de guerrillas. Y así, uno por uno todos los elementos del rodaje.

Pero además, el documental muestra las etapas de la escritura de un guión. Éste fue cambiándose durante el rodaje, reescribiéndose. Incluso en la sala de montaje. Por reescribirse, llegó a hacerse justo antes de que se emitiera en el festival de Cannes. Nadie sabe qué sustancias (porque durante el rodaje circularon muchas) o cómo apeló a la creatividad para conseguir cerrar la película con uno de tantos finales que se pensaron. Todo el camino de la locura que recorren los personajes de Coppola fue aquí dirigida por las propias personas, demostrando que a veces, la realidad puede luchar con la ficción. Y es de eso de lo que nos habla El corazón de las Tinieblas.






(Cuando saque otro pedazo de tiempo subiré el que en realidad fue mi primer curso con su documental correspondiente, pero es que aún me faltan fotos para ilustrarlo)

1 comentario:

  1. Jo, qué bonitas *-*
    He leído que la glasa real se hace con claras y azúcar glass, habrá que probar alguna vez ^^.
    (La pena es que tanto tiempo para prepararlas y decorarlas... y después te las comes en nada!)

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